viernes, 15 de febrero de 2013

Uniformes escolares: despersonalización y sexismo

    Cada vez que paso por delante de un colegio de uniforme se me sube el corazón al pecho y noto la proliferación de una incipiente úlcera estomacal, y reflejos de arcada. Aún recuerdo mis disputas cuando era jóven (más jóven aún; y más inexperto, mucho más), y recuerdo un argumento que usaban los pro-uniformes. La facilidad, y la ausencia de tener que elegir ropa para ir a clase. Ya que estamos, ¿por qué no dejamos que decidan el resto de cosas? Ya, ya, ya sé que ya nos consultan poco hoy día, pero sabéis a lo que me refiero. Otros argumentos que he ido recogiendo han sido que, por ejemplo, los uniformes son impuestos como medida para aquellas familias con menos facilidades económicas, o para evitar la discriminación de los niños que rechacen a aquellos con prendas que denoten menos clase. Hoy, doy parte de mi argumentación en contra de los uniformes escolares:

     1) La ropa es un medio de expresión como cualquier otro, y podéis preguntarle eso a cualquier sociólogo, por lo que suprimiendo la capacidad de decisión de alguien de vestirse como quiera, omites una parte de su expresión, y puede que la más visible. Un argumento que he visto contra esto, es que "ya te puedes expresar los fines de semana", pero a mí no me gustaría tener un horario que rigiera cuando puedo expresarme libremente y cuando no puedo hacerlo.
     2) Los uniformes son un método evidente de alienación y despersonalización, que más que hacerte sentir integrado en un colectivo, te hace perder conciencia de tu condición individual, y que no liman las diferencias que crean los conflictos de clase. Un ejemplo es que para el mismo colegio, existen varias marcas de las que poder obtener un mismo uniforme, y de las marcas que uses se deducirá tu nivel económico, a parte de que hay que estar ciego para no darte cuenta de esas cosas con compañeros a los que ves día a día durante años.
     3) Por lo general, los uniformes no son voluntarios, de serlo, el argumento de la facilidad para las familias sin recursos económicos para ropa podría ser válido. A parte, si nos basaramos en lo económico para tomar cualquier decisión, concluiríamos en que la sanidad, al ser deficitaria, no es rentable para el Estado y habría que dejar de financiarla. Pero, incluso aludiendo a esta razón, el Estado tienen una partida económica destinada a la subvención de uniformes de colegios que no se usa para mantener el Estado del Bienestar, o el Estado de Derecho.

     Estas tres razones, se engloban en un mismo bloque, pero el siguiente me parece igual de dañino o peor.

    4) En los colegios con uniforme, se suele establecer una diferencia, esta es: Chicos pantalón y chicas falda (siempre por debajo de las rodillas). Esta diferenciación de roles desde la más tierna infancia supone un ataque contra la igualdad de sexos, y aunque haya colegios que ofrezcan la posibilidad a las chicas de llevar pantalón, lo que dicta la norma social es lo que se tiende a hacer, y una chica "normal", que quiera conservar su aceptación en su grupo de chicas y chicos "normales", llevará falda, y no pantalón. Esto contrasta de frente con el argumento de que los uniformes son una herramienta contra la discriminación all diferente o al que vista peor. Reconozcámoslo, los niños son crueles, aún no han desarrollado en pleno su empatía, y el que es un abusón, lo más posible es que lo sea independientemente de la situación, de la que extraerá una excusa u otra, para seguir ejerciendo su opresión y abuso. No es raro, todo sea dicho de paso, que la mayor parte de colegios con este régimen, sean colegios religiosos, porque, como sabréis, la Iglesia Católica es una de las instituciones más machistas y patriarcales de la historia, y en otro momento os hablaré de mis ideas y suposiciones sobre la Iglesia y el machismo en la historia. Aunque esta diferenciación también se lleva en los colegios públicos en los que se diferencia al niño de la niña con mandilones azules y rosas respectivamente, gracias a Dios esta práctica va desapareciendo.

    En resumen, los uniformes no solo alienan a la sociedad, atacando su individualismo queriendo erradicar sus diferencias, sino que también promueven la desigualdad entre sexos, y lleva a los jóvenes, a aceptar una normativa injusta e injustificada de manera dogmática, otra de las especializaciones de la Sata Iglesia Católica. Tampoco es casual, que a parte de ser colegios dependientes de la iglesia, sean colegios privados, a los que no todo el mundo puede acceder, promoviendo el clasismo en un concepto básico como es el de la educación. Todo esto, ocurrido en un proceso de crecimiento y formación, determinará sobremanera las conductas de aquellos sometidos a este régimen durante toda su vida. Por ello, jamás mandaré a mis hijos a un colegio que imponga un uniforme, porque no me gustaría educar a mis hijos ni en un entorno sexista, ni clasista, ni religioso/dogmático. Y acabo con una cita de un discípulo de Freud, Carl Jung: “Mientras más cristiano es el consciente de uno mismo, más paganamente se comporta el inconsciente.” O como yo lo entiendo, y extrapolándolo fuera del terreno religioso: Mientras más se oprima el comportamiento humano mediante las imposiciones externas que luchan contra éste, con más violencia se revolucionará nuestra naturaleza desde el subconsciente.

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