sábado, 23 de febrero de 2013

Alternativas al alcoholismo en la juventud

    Venga, como no he podido ir a la manifestación y estoy ocioso, voy a pronunciarme sobre un tema de tremendo debate aquí en Asturias.

    Amigos míos, es posible que en vuestras Comunidades Autónomas, la edad mínima para el consumo del alcohol, sea a los 18 años, que es por otra parte la mayoría de edad en España, pero tenéis que saber que en algunos sitios como Asturias, esto no es así. Aquí la edad mínima para la compra y consumo del alcohol son los 16 años, y como en España el consumo de alcohol es algo desbocado, se les ha ocurrido a los genios del Gobierno de España, siempre certeros en sus decisiones, subir la edad mínima para el consumo de alcohol a los 18 años en toda España, para que así los jóvenes dejen de beber.
    ¿Mi conclusión? En el gobierno son idiotas, y una vez más, se demuestra que no tienen ni idea de lo que pasa en su sociedad, o sociedades. Para empezar, legislar así al tuntún, con los mismos parámetros para toda España, es una tontería, porque no tenemos la misma cultura (ni parecida) en Castilla León, que en Asturias, aquí el consumo de alcohol es algo muy normal, por nuestra cultura de sidra. Muchos padres dan de beber en las folixas algo de sidra a sus hijos/as, un culín aunque sea, que tampoco van a meterles un coma etílico. Pero esto no es raro, en Logroño también se da vino a lxs niñxs en las cenas familiares y demás. Vamos, que no es una aberración, ni algo que solo ocurra aquí.
    Por otro lado, ¿en serio? ¿piensan que si suben la edad legal lxs niñxs dejarán de beber? Por favor, un poco de seriedad, no vayamos a legislar al azar, que esto nos cuesta mucho dinero a todos y a todas. Yo voy a un instituto, y veo a mucha chavalería de menos de 16 años que ya sale y bebe, y no están en edad legal de beber, pero lo hacen, y no es su culpa, porque los hosteleros se lo venden sin hacer preguntas, y porque en muchas ocasiones, si se pusieran a mirar DNI por DNI a cada consumidor... No darían a basto, entre lo administrativo y lo suministrativo.
    Sinceramente, creo que la única manera para paliar este problema del alcohol en la juventud, es proponer alternativas reales, porque ¿qué vamos a hacer si no es salir y beber? No nos dejan ir a parques, el cine nos cuesta 8€, ya no hay recreativos, Oviedo no es una ciudad ideal para salir a dar un paseín. Las alternativas están a nuestra mano, no son nada de otro mundo, nada nuevo; asuntos simples como promocionar la cultura, una cultura barata, accesible, para todos y todas. En esto, el movimiento asociativo es muy importante. Actualmente, el Conseyu De La Mocedá d'Uviéu y otros organismos, organiza bastantes cosinas, como proyecciones de cortos, obras de teatro... Normalmente gratuitas, y de gran interés, porque, aunque desde Juventudes Socialistas os presentemos charlas con políticos, o ponencias sobre temas de actualidad política y demás, comprendo que nuestras propuestas no sean las más atractivas para la juventud (cosa que solucionaremos).

    Aprovecho, y lanzo una reivindicación por la cultura. ¡Por Dios! Que la cultura esté contenida en el IVA super reducido. El acceso universal a la cultura es un derecho contemplado tanto en la Declaración de Derechos Humanos, como en la Constitución Española. Acorde con el Artículo 44 de ésta: «1. Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho.» Por lo tanto, no se puede pensar que todos tengan derecho al acceso a la cultura, menos aquellos que no se lo puedan permitir por su situación económica, cuando además en muchos casos, la situación económica depende de infortunios totalmente ajenos a la persona, porque esto es algo que define a los derechos precisamente, que sin importar tu situación económica, tu sexo, sexualidad, etnia, ideología o ubicación, se garanticen una serie de cosas fundamentales. Si es algo que se garantiza a todos, tiene que ser a todos, y por ello, el IVA que le corresponde es el de aquello que por norma le es reconocido como concepto dedicado a satisfacer las exigencias básicas de la ciudadanía. Esto, además, tiene que abordarse desde una reforma a la totalidad de nuestro sistema fiscal.

    Así que ya sabéis, si no sabéis lo que hacer, podéis ir al teatro, ir a hacer deporte... Y si se os ocurren ideas, podéis informaros sobre las distintas asociaciones y organizaciones juveniles en las que podréis participar para cambiar esta realidad, lo que también es una ocupación que te distrae de beber. Porque la respuesta a este problema, igual que a muchos otros, no está en la prohibición, sino en la aportación de ideas y alternativas. Y os animo a que os metáis en asociaciones u organizaciones, porque la política municipal no se hace sólo desde los ayuntamientos, todos podemos contribuir a mejorar la situación de nuestra región.

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