Este fin de semana, acogimos a compañeros/as de FAEST (Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas de España) en nuestra ciudad, Oviedo. A parte de enseñarles nuestra preciosa ciudad, y hablar un poco de nuestra historia y tradiciones no sólo como ovetenses, sino también como asturianos/as, asistimos a dos actos en defensa de aquello en lo que nosotros creemos, y que los estudiantes progresistas tenemos como máxima, la educación pública. Es increíble, y no por fantástico, sino precisamente porque no se podría creer, que pasáramos de reclamar más derechos, más equidad, y más participación en los centros, a tener que proteger las pocas concesiones que se nos daban. Así es, la educación pública corre peligro, y no está de más recordar qué es aquello que define cualquier tipo de servicio público. Es fácil, lo dice el propio nombre, que sea para todos/as. Es decir, que sea universal, equitativa e inclusiva. Otros principios aparecen recogidos en otro de mis escritos sobre educación (http://xuanvijande.blogspot.com.es/2013/03/manifiesto-por-una-educacion-publica.html)
Así que aquí nos encontramos los estudiantes, luchando por mantener una cosa tan obvia como es una educación de calidad para todos y todas. Luchando contra la LOMCE, la ley de un gobierno que sólo quiere sacarnos de la crisis, y lo hace mediante la austeridad. Pues alguien debería explicarle un par de cosas al ministro, porque parece que no se ha enterado de que en ciertos sectores, a la inyección económica no se le pude llamar "gasto", sino "inversión", porque cada euro dedicado a la educación, según encuestas tiene un retorno de tres euros a la sociedad. Es decir, la inversión en educación tiene un rendimiento económico del 300%, y esto lo ha dicho la OCDE, que no peca de progresista precisamente, y sólo por usar un lenguaje excesivamente economicista, que no debería ser utilizado en educación, porque no es el dinero la unidad de medida que debiera usarse.
Pero que no nos confundan, no somos sólo los estudiantes los que luchamos contra esta ley. Y no nos respaldan sólo líderes sindicales o partidos de la oposición. Esta ley cumple sin dudar el principio de autoritarismo. No ha sido pactada con ningún sector de la educación. Y justo lo contrario, a su llegada se ha respondido con la creación de colectivos en defensa de la educación pública por parte de profesorado y profesionales del sector, tales como "Plataforma en Defensa de la Educación Pública" con presencia en todo el país.
Una cosa que diferencia a este ministro de otros, es que no esconde en absoluto sus intenciones. E imagino que la razón por la que Mariano Rajoy pensó en darle la cartera, fue precisamente que distrajera la atención con sus aberrantes declaraciones. Las dos que más me gustan son la de que una mayor inversión en la educación no aumenta necesariamente su calidad, y que sobran titulados. ¿Perdón? Pues así nos lo ha dicho, que sobran titulados. Llevan toda la vida diciéndonos que somos la generación mejor preparada, para que casi nos digan que nos regalan las titulaciones. Por eso debe ser la subida de tasas en la Universidad, para que haya menos titulados, pero que no es que quiera aumentar la dificultad de los estudios para que no "apruebe cualquiera", su pensamiento le dice que hay que cortar de raíz, y que la mejor manera de reducir los titulados, es reducir el número de estudiantes de base, aumentar las dificultades económicas. He concluido en esto sobretodo al ver las declaraciones de Miriam Cueto, directora general de Universidades, cuando ha dicho que "El endurecimiento del sistema de becas y la subida de las tasas van a echar a mucha gente de la Universidad, porque, además, el elevado precio de las matrículas no ha redundado en mayores ingresos". Imagino, que al ministro le dolería ver que en los informes internacionales, que somos el segundo país de Europa con más equidad. Y aunque la LOE tiene problemas que hay que solucionar, y así nos lo han indicado también los informes PISA, la forma de arreglarlos no es crear una nueva ley, porque esto es lo que hace Wert, decir "reforma" y redactar un artículo único de 66 páginas, y es que los mismos informes decían que esta ley empezaba a dar sus frutos. Así es la LOMCE: una ley injusta y muy poco moral que promueve segregar por sexos, quitar la educación para la ciudadanía, o segregar por "clases" a edades bien tempranas con reválidas (o pruebas externas), que servirían para crear rankings de centros con "buenos alumnos" y "malos alumnos", o con una separación en aquellos con nivel para estudiar una carrera y otros que deberán salir cuanto antes del sistema, y es que así será normal que demos mejores resultados en los informes internacionales, si al alumno con más dificultades, en vez de facilitarle ayuda, le sacamos del sistema. Y finalmente, nos encontramos ante una ley inconstitucional, porque, entre otras cosas, niega el Artículo 27 que habla de la participación del alumnado en el funcionamiento del centro.
De esto y más hablamos con los/las compañeros/as de FAEST. Hablamos de aquello en lo que creemos, de cómo el PP quiere acabar con ello, y de cómo pretendemos evitarlo. Y esta es nuestra misión ahora mismo, evitar que un partido, de manera autoritaria y sólo contando con el apoyo de la Iglesia Católica, acabe con nuestro sistema educativo, que no será perfecto ni mucho menos, pero desde luego había sentado las bases para avanzar hacia aquello que queremos; una educación pública, y con pública quiero decir que por ley esté garantizada para todos y todas, y que no pretenda separar, sino una mayor inclusión, y que se pueda modificar para avanzar siempre hacia un sistema más justo, que se preocupe en la formación de sus jóvenes con integridad académica y principios democráticos, y la única manera de enseñar democracia, es permitiendo que se ejerza desde edades tempranas.
El 9 de Mayo, por primera vez estudiantes, madres y padres, y profesionales de la enseñanza, nos manifestaremos juntos por lo que queremos. No queremos un retroceso de 40 años en el sistema educativo y no dejaremos que esto caiga sin luchar.
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