domingo, 14 de abril de 2013

Por una III República. Una España renovada, fuerte, social y democrática


«Artículo 1º. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia.» 

El viernes estuve en la manifestación que igual que cada año, convoca el PCE (Partido Comunista de España) y la UJCE (Unión de Juventudes Comunistas de España), y a pesar de que antes iba encantado, por dar mi apoyo a un modelo republicano, cada año me veo más y más decepcionado con estas manifestaciones. Puede que sea, quizá, porque cada año estoy más informado sobre lo que es una república.

Mis mayores problemas con estas manifestaciones son dos, a saber:

1) Vinculan la idea republicana a un color político. No estoy de acuerdo con que ningún partido o ideología monopolice el objetivo de la república. Eso sí, la independencia política del modelo de Estado no debe estar nunca reñida con mantener la paz social. Hemos de crear una constitución fuerte que garantice que todas y todos los ciudadanos podrán ejercer sus derechos básicos, es decir, la sanidad, la educación, el acceso a la justicia, la vivienda y el trabajo, lo que hoy vemos que no se cumple.

2) No se habló casi de la república. No se dieron ideas para alcanzar el objetivo, ni se le dio importancia al tema. Es cierto que los discursos empezaron hablando de ello, pero inmediatamente se fue a otros temas como la invalidez de la monarquía, los problemas de salsa rosa de la institución real y como siempre, el discurso contra el bipartidismo. En esta manifestación (y fuera de ella), parecía que la gente quería una república porque estaban cansados de la monarquía. En mi opinión, esto es peligroso. La república ha de surgir por su propia validez, y no porque el sistema contrario falle. Hay que diferenciar muy bien que ser antimonárquico no es lo mismo que ser republicano. Y sí, hemos de hablar de las cosas que fallan en la actualidad por parte de la institución monárquica. Para mí el mayor problema que presenta es la incongruencia de que aquel que ostenta el mayor nivel de responsabilidad en este país, la jefatura del Estado, sea un mero representante. Yo quiero que el Jefe de Estado sea precisamente eso, un jefe. Un líder que pueda guiar al país, y que en tiempos en los que peligran derechos y la ciudadanía lo pasa realmente mal pueda decir "¡Basta!". Y, por supuesto, quiero que a ese líder se le elija democráticamente. Aprecio la labor del Rey, pero su misión ha acabado. España no necesita más sus servicios. Ya somos mayores, y la única manera en la que podemos seguir creciendo es aceptando más responsabilidades. Por favor, deleguen en nosotros. Que el poder sea emanado del pueblo, porque, si somos perceptores del sistema tenemos que tener el derecho de decidir cómo queremos que el sistema funcione.

Por eso yo soy republicano, porque la república nos supone a todos iguales. Es extraño, pero la familia real tiene todos los derechos, pero no los mismos deberes que nosotros. La república, decía, nos supone en igualdad de oportunidades, pero también nos da igualdad ante la ley a todos y todas. Soy republicano porque creo en que el individuo debe ser sujeto transformador del sistema en el que vive, y no un simple observador.

Soy republicano, porque soy radicalmente demócrata.

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