viernes, 13 de septiembre de 2013

Agradecimientos

      Gracias, al Colegio Público Villafría de Otero, por esa formación básica. Por insistir tanto en que tuviera fundamentos, por insistir tantísimo en que hoy pueda relacionarme casi sin problemas, porque enseñarme a coser y tejer, por enseñarme la importancia del estudio, y por dar unas pequeñas pinceladas en unas enseñanzas históricas que todavía recuerdo hoy con 20 años. También, por enseñarme que las dificultades se atraviesan trabajando, y con miedo, pero con valentía.

      Gracias, al Instituto de Educación Secundaria Aramo, por pararse con aquellos que íbamos un poco más despacio, y darnos la oportunidad de estar al mismo nivel que el resto de compañeros. Gracias, porque sin mi paso por ese instituto, hoy no sería músico, ni habría aprendido la importancia de las matemáticas, de la biología (práctica y teórica), de la física, de la historia... en definitiva, de lo necesario que es una educación plural. También, por esa iniciación a la Educación para la Ciudadanía. Ayer recogía apuntes de mi pasado educativo para hacer hueco al Derecho, y encontré entre otros papeles, mi antigua carpeta de ejercicios de esa asignatura tan polémica, porque de alguna manera "adoctrinaba". En ella, encontré ejercicios sobre la estructura de la información política de un periódico, mini ensayos de opinión sobre el empleo de cámaras de vigilancia, comentarios sobre películas que trataban la discriminación de la mujer en el terreno de trabajo, la historia de los principales partidos y sindicatos de este país... En fin, trazos sobre un sistema social complejo y democrático que hoy estudio más en profundidad, en parte, gracias a esa asignatura.
      Gracias, al Instituto de Educación Secundaria Alfonso II, por enseñarme que pese a las trabas físicas que se puedan tener, siempre se puede dedicar una parte de la vida al ejercicio, a mantener una "mens sana in corpore sano". Agradezco mucho a este instituto, porque gracias a Andrés Osoro y a Jesús Bárcena (Lengua y Biología, respectivamente) decidí dar una oportunidad a las humanidades, y tomé una de las mejores decisiones de mi vida, dejando a un lado mis prejuicios. Gracias, a Moisés Mori, Isolina, Armando Murias Ibias, y a todo el departamento de lengua y literatura de ese instituto, porque hoy puedo hablar sin problemas de Shakespeare, Galdós, Zorrilla, Lope de Vega, Proust, Kafka, Henry Miller, Kerouac, Aristófanes, Dostoievski, Juan Rulfo, Dospassos, Clarín y muchos más. Gracias a Juan Freije, y al departamento de historia, porque ahora tengo un pensamiento crítico sobre la historia de España, porque conozco por qué se promulgó un texto legal constitucional en 1812, y sé lo que conllevó, y conozco los movimientos políticos de la Francia napoleónica en España, y que la inestabilidad política y la corrupción han estado presentes en toda nuestra historia. Sé también, que en 1936 unos asesinos y delincuentes protagonizaron una de las mayores catastróficas sociales de nuestro país, y que durante 40 años se continuó un régimen fascista, y que hoy vivimos un continuismo de aquello, con impunidad de los criminales. Sé también, que lo que vivimos no es nuevo, y que saldremos, porque siempre hemos salido. Y que todo lo que ocurrió hasta entonces fue determinante. Gracias a Tomás y a Charo, porque hoy conozco las principales teorías filosóficas imperantes, porque sé qué dijo Platón, y puedo decir con criterio quienes fueron esos teóricos del saber general de las ciencias naturales y sociales y qué valoración tenían de su realidad, porque gracias a ellos nosotros somos capaces de comprender un poquito mejor todo lo que nos rodea y nos puede parecer aún inmenso e indescifrable.

      Gracias, a todas esas personas que jamás voy a poder olvidar, porque son parte necesaria de quien soy hoy, porque dedicaron horas y horas a que unos cuantos zagales hoy podamos decir orgullosos que estamos preparados y más que preparados para vivir en sociedad, para ejercer nuestros derechos, para cumplir nuestros deberes, y para decidir por nosotros mismos, que es finalmente lo que nos hace ciudadanos. Gracias, a todo ese entramado público que me permitió seguir adelante pese a las dificultades personales y económicas que atravesé. Gracias, a toda la gente que sale a la calle para defender los valores de lo público (equidad), y a todas las personas que no se callan con aquellos que la insultan, que la atacan, y que la quieren desmantelar.

      Diecisiete años, un largo viaje. Yo, de 20 años, hoy he tenido mi primera semana en la Universidad de Oviedo (pública, también), estudiando el grado de Derecho. Gracias, muchas gracias, porque hay otras personas, cuya opinión e ideología es incompatible con que hoy esté yo aquí, escribiendo esto.
      Nos queda mucho camino por delante, pero el movimiento se demuestra caminando, así que sigamos dando pasos en el sendero de la dignidad social.

Sobretodo: gracias a las personas que habéis estado ahí, os lo debo TODO.

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