jueves, 29 de mayo de 2014

"En unas elecciones siempre gana la democracia, pero..."

Así empezábamos una nutritiva conversación con compañeros de Juventudes Socialistas sobre los resultados de las elecciones europeas. Y en efecto... siempre que se celebran elecciones, y se da a la gente el poder de cambiar las cosas, está ganando de manera tácita la democracia (no hace mucho que esto era un sueño imposible de lograr). Pero leyendo los resultados... bueno, digamos que abrimos el debate a interpretaciones en las que la democracia no sale precisamente bien parada.

En España perdió el sistema. Estaba claro. Estamos tod@s cansados de esta situación, porque lo pasamos muy mal, económicamente y en cuestión de derechos sociales que ya se echan de menos... y porque todo esto tiene una razón: el sistema se nos ha quedado viejo, desgastado, oxidado. Ya no vale, puede que sea porque las realidades fácticas son intratables desde este modelo, o también está la cosa de que hemos madurado democráticamente (a pesar de que nos falte recorrido para muchas fórmulas). Exigimos mejores políticas, pero exigimos también que se cuente más con la gente. 

El Parlamento Europeo comparte el poder legislativo con el Consejo (presidentes/as), pero siendo la institución más democrática de la Unión, no es la que ocupa la supremacía en cuestión competencial a la hora de legislar... y eso es un problema. Que el Consejo tenga tanto poder es como acelerar con el freno de mano puesto. Porque los Estados construyen el Derecho Internacional, pero el Derecho de la Unión no es Internacional... y necesitamos que sea la gente, representada por personas elegidas directamente por nosotr@s, la que construya este proyecto europeo.

Estas elecciones eran idóneas para pedir esto, y hemos perdido la oportunidad... porque no sabemos pensar en clave europea... porque nadie nos enseña. ¿Qué más da que el programa del PSOE sea bueno si nadie sabe para qué sirve la Unión Europea? La derecha, que tradicionalmente controla los medios de producción de opinión (que no información) ha introducido muy bien el mensaje de que la Unión es muy mala, que sólo sirve para irrumpir en la buena acción de los gobiernos nacionales, y que todo esto es su culpa, no la nuestra. Y los partidos democráticos (los que no son el PP y creen en Europa, que no son muchos), no se han esforzado suficiente en dar publicidad a lo que hacen y dejan de haber los parlamentarios y parlamentarias de la eurocámara (muchos porque tienen algo que esconder).

Las reglas de hierro del marketing (también aplicadas a la política) perpetúan situaciones de hecho en vez de centrarse en transformar la realidad. Si Europa no atrae al electorado, no se habla de Europa, que hay mucho de lo que hablar y ya elegimos... pero con cada elección llega el coste de oportunidad (de esos polvos...), y la oportunidad que nos ha costado ha sido esta: incidir en el proceso de democratización de la Unión y reclamar el poder que nos pertenece. Y ahora nos toca aguantar 5 años más de avanzar con el freno de mano echado... y yo no sé mucho de coches, pero sé que la maquinaria tiene un límite si se utiliza en esas circunstancias. ¿Y ahora qué pasará entonces? ¿Se nos romperá la Unión? Ver veremos a dónde llegan (estaremos pendientes de la elección de la presidencia del gobierno de la Unión).

Pero no todo son malas noticias. Yo es que soy muy optimista, y aunque hayamos perdido esta gran oportunidad de transformar Europa... nos llega la oportunidad de transformar el Partido Socialista. Como decía antes, hemos madurado democráticamente, y ya no nos vale el actual modelo, porque queremos democracia representativa, pero la queremos realmente representativa... Ahora a la dirección federal le toca tomar una decisión, seguir tal y como está, con una fórmula que la ciudadanía ha rechazado en estas elecciones; o por el contrario, darle el poder a quien realmente ha de detentarlo... a la militancia, el valor más importante de este partido (y de cualquier formación política). Y es que igual que pienso que el mundo no progresará ni la mitad si la Unión no es la luz que guíe; pienso que el sistema político español no evolucionará si el PSOE no lo hace.

En la lectura nacional queda claro que la gente ha dado la espalda al actual sistema, y sólo tenemos una opción: CAMBIARLO. Pero que cambie en la dirección en la que la sociedad lo demandamos. Queremos más transparencia, más democracia, y menos corrupción. Y urgen cambios profundos en nuestro derecho. ¿Qué haremos con la Ley de Partidos? Porque debería ser mucho más intervencionista y exigir que se articulen esas fórmulas de democracia orgánica... y se deberían prohibir no sólo los partidos que no funcionen de manera democrática, sino también los que su ideario sea racista, xenófobo, o incite al odio en cualquiera de sus formas. ¿Qué haremos con la Ley Electoral? ¿No sería interesante dar más voz a las minorías (sin perjudicar la gobernabilidad)? ¿Qué haremos con el Senado? Porque o se transforma en una cámara territorial o aquí no sirve de nada un eco del Congreso. ¿Qué haremos con la corrupción? ¿Por qué no se introducen tipos especiales y agravados para los delitos de corrupción? En fin, no sigo, porque ya queda clara mi posición. Ya hablaremos largo y tendido de esto.

Lo que quiero decir es que hemos perdido en Europa (y puede que hayamos perdido Europa), pero ahora tenemos que estar por ganar lo que es nuestro por naturaleza... recuperar el poder que legítimamente nos pertenece para que nuestra voz se escuche en las instituciones. Y en eso tenemos que estar l@s que participamos en el PSOE, en liderar a la sociedad de nuestra respectiva zona, contando siempre con las preocupaciones de las personas, haciendo propuestas valientes que nos conviertan en quien algún día fuimos, el partido que perseguía la utopía... y la convertía en realidad.

De esta crisis se sale empoderados... o no se sale.

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